Enero 6 del 2022 ECOLOGIA-Dagma-invita-a-denunciar-cualquier-maltrato-a-la-vida-silvestre
Los seres humanos somos responsables de la conservación de nuestro hábitat y de las especies que allí se encuentran incluidos, por supuesto, los animales silvestres y las plantas nativas. Cualquier intervención en los ecosistemas, como construcciones, excavaciones, incendios forestales y retiro de árboles, entre otras, contribuye al desplazamiento o extinción de las especies.
Un claro ejemplo de desplazamiento lo padecen las zarigüeyas, iguanas y zorros cañeros en el sur de Cali porque ante la creciente urbanización del sector han salido a las carreteras o han ingresado a las unidades residenciales buscando refugio y alimento, y pueden ser víctimas del atropello de vehículos, tráfico ilegal o maltrato.
Ante esta lamentable realidad, el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma, hizo un llamado a los ciudadanos para informar de cualquier situación que se presente con especies silvestres, en la línea telefónica 6530869 del Hogar de Paso, que tiene como misión su preservación y cuidado y cuando las condiciones lo permiten su retorno al hábitat natural. La atención se brinda de lunes a domingo, las 24 horas.
El científico Gonzalo Andrade, director del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional y miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas y Naturales ha llamado la atención sobre las fatales consecuencias de las desaparición de especies de vida silvestres que puede traer consecuencias como el completo desbalance de la vida en la tierra amenazando la sobrevivencia humana, hambrunas al afectar la cadena alimenticia, el incremento de incendios forestales y con ello la deforestación de la tierra, el aumento de enfermedades, etc. Un panorama bastante desolador.
En Colombia en 2002 se identificaron cerca de 45 especies de aves y 150 de peces amenazadas de extinción, y para el 2012 ya existían 85 especies más de peces en el listado rojo. La responsabilidad es de las autoridades ambientales, pero también de cada uno de los ciudadanos que podemos hacer la diferencia y contribuir a conservar la vida en el planeta, nuestra propia vida.