HEDY LAMARR: LA ACTRIZ QUE INVENTÓ LA BASE TECNOLÓGICA DEL WIFI

Hedy Lamarr, “la mujer más bella de la historia del cine”, pionera del cine erótico, inventó el sistema de comunicaciones denominado “técnica de transmisión en el espectro ensanchado” en el que se basan todas las tecnologías inalámbricas de la actualidad.

Marzo 8 del 2022

Con motivo del "día de la mujer", presentamos una reseña de la vida de Hedy Lamarr, famosa actriz quien lleva el título de la “mujer más bella de la historia del cine”, pionera en el cine erótico; siendo motivo de escándalo para la época, e inventora del sistema de comunicaciones denominado “técnica de transmisión en el espectro ensanchado” en el que se basan todas las tecnologías inalámbricas de la actualidad.

Hedy Lamarr nació en Viena el 9 de noviembre de 1914 como Hedwig Eva Maria Kiesler. Fue la única hija de un banquero de Lemberg y una pianista de Budapest que, aún siendo de origen judío, se habían criado en el catolicismo. En el colegio, destacó por su brillantez intelectual siendo considerada por sus profesores como superdotada. En casa, creció escuchando las interpretaciones de su madre al piano y ella misma, desde pequeña, tocó este instrumento a la perfección. Abandonó los estudios de ingeniería, decidida a cumplir el sueño de ser actriz.

Pionera en el cine erótico

La película que la llevó al estrellato en 1932, no pudo ser más polémica. Éxtasis, filmada en Checoslovaquia bajo la dirección de Gustav Machaty, fue el primer film en mostrar el rostro de una actriz, completamente desnuda, durante un orgasmo.

El film fue tachado de escándalo sexual y se prohibió su proyección en las salas de cine. Le llovieron censuras y condenas, incluida la del Vaticano. Los padres de Hedwig, al ver a su hija desnuda en la pantalla, quedaron horrorizados.

Violencia de género

Sus padres la casaron a la fuerza con su primer esposo, Fritz Mandl, (Tuvo seis matrimonios:Fritz Mandl, Gene Markey, Sir John Loder, Ted Stauffer, W. Howard Lee y Lewis J. Boles) quien era un magnate de la empresa armamentística, extremadamente celoso al punto que le permitía solamente desnudarse o bañarse si él estaba presente. Además, trató de comprar todas las copias de la película Éxtasis.

En su "jaula de oro", Lamarr retomó los estudios de ingeniería y escuchaba atenta en las reuniones sociales todas las características de la última tecnología armamentística nazi, ya que su marido surtió el arsenal de Hitler y Mussolini. Por ello, fue considerado como ario honorario por los gobiernos fascistas pese a ser de origen judío.

Un día, aprovechando que Mandl estaba en viaje de negocios, burló a sus guardaespaldas y con sólo la ropa puesta y algunas joyas llegó a Londres y se embarcó en el trasatlántico Normandie con destino a Estados Unidos. En el buque coincidió con el productor de películas Louis B. Mayer que le ofreció trabajo antes de llegar a puerto. La única petición era que se cambiase el nombre para que no se la relacionase con la película Éxtasis. Así nació Hedy Lamarr.

La nueva estrella de Hollywood

En Hollywood protagonizó una treintena de películas, dandose el lujo de rechazar dos obras de arte como Luz de Gas y Casablanca. Tampoco tuvo oportunidad de interpretar a Escarlata en "Lo que el viento se llevó". Aún así, su imagen deslumbrante la convirtió en la verdadera estrella emergente de los años 30.

En 1941 ya estaba en apogeo la segunda guerra mundial. Hedy conocía de cerca las prácticas de gobierno de Hitler y alimentaba un profundo rencor hacia los nazis, por lo que decidió aportar su contribución personal al esfuerzo de guerra de los aliados.

En primer lugar ofreció su trabajo y su preparación como ingeniera al recientemente creado "National Inventors Council" pero su oferta fue amablemente rechazada por las autoridades, que le aconsejaron que basase su participación en su físico y en su éxito como actriz, promoviendo la venta de bonos de guerra. Lejos de desanimarse u ofenderse, consultó a su representante artístico e idearon una campaña en la que cualquiera que adquiriese 25.000 o más dólares en bonos, recibiría un beso de la actriz. En una sola noche vendió 7 millones de dólares.

Aparece la ingeniera

Pero Hedy no estaba satisfecha, deseaba aportar sus conocimientos técnicos. En aquel momento se estaban experimentando sistemas de guiado de armas por control remoto mediante señales de radio. Y el uso de estas señales radioeléctricas presentaba dos problemas fundamentales:

En primer lugar, las transmisiones eran absolutamente vulnerables ya que el enemigo podía realizar un barrido de frecuencia en diferentes bandas para interferirlas o localizar el origen de la emisión y destruirla.

El segundo aspecto negativo era la propia inseguridad en la recepción de la señal de radio, por la afectación de la propagación de las ondas debida a causas naturales, como accidentes geográficos, meteorología, reflexiones en la alta atmósfera, etc.

El sistema concebido por Hedy trataba de transmitir los mensajes u órdenes de mando fraccionándolos en pequeñas partes, cada una de las cuales se transmitiría secuencialmente cambiando de frecuencia cada vez, siguiendo un patrón pseudoaleatorio. De este modo, los tiempos de transmisión en cada frecuencia eran tan cortos y además estaban espaciados de forma tan irregular, que era prácticamente imposible recomponer el mensaje si no se conocía el código de cambio de canales.

El receptor estaba sintonizado a las frecuencias elegidas para la emisión y tenía el mismo código de cambio, saltando de frecuencia sincrónicamente con el transmisor. Este procedimiento se conoce ahora como “transmisión en espectro ensanchado por salto de frecuencia”, en inglés Frequency Hopping Spread Spectrum (FHSS).

Hedy podía diseñar y construir tanto el emisor como el receptor, pero sincronizarlos, era otra cosa. Entonces buscó la ayuda de George Antheil, pianista y compositor norteamericano, porque vio una compleja composición suya; "Ballet Mécanique", que sincronizaba dieciséis pianolas; sin cables, además de dos pianos, tres xilofones, siete campanas eléctricas, tres hélices de avión y una sirena.

Ambos trabajaron en el proyecto durante algo más de seis meses para encontrar la solución. Emplearían dos pianolas, una en la estación emisora y otra en la receptora y codificarían los saltos de frecuencia de acuerdo con los taladros longitudinales efectuados en la banda de papel, como en una pianola común. La secuencia de los saltos solo la conocería quien tuviese la clave, la melodía, lo que aseguraba el secreto de la comunicación. Los motores de arrastre de ambos dispositivos estaban sincronizados por sendos mecanismos de relojería de precisión y además el transmisor emitía periódicamente una señal de sincronismo para compensar cualquier desviación.

El 10 de junio de 1941 presentaron al registro la solicitud de patente: “SECRET COMMUNICATION SYSTEM. Filed June 10, 1941 2 Sheets-Sheet 2 Patented Aug. 111, 1942 SECRET COMMUNICATION SYSTEM Hedy Kiesler Markey, Los Angeles, and George Anthcil, Manhattan Beach, Calif. Application June 10, 1941, Serial No. 397,412”, que les fue concedida el 11 de agosto de 1942, cuando USA ya estaba en guerra con Japón y Alemania. Hedy firmó con su apellido de casada, Markey, que apenas utilizó durante un par de años.

Es de destacar que aunque la patente se titula “Sistema Secreto de Comunicación”, tanto el texto de la descripción como los dibujos se refieren a la aplicación concreta como control remoto del timón de un torpedo. En las reivindicaciones se amplía el ámbito a “un sistema secreto de comunicación (que consta de) una estación transmisora incluyendo medios para generar y transmitir ondas portadoras de una pluralidad de frecuencias...” sin concretar el tipo de modulación, lo que implica que puede emplearse para la transmisión de sonidos y mensajes hablados.

La patente interesó a los militares, pero suscitó diversas opiniones. La marina de EEUU presumió problemas en su mecanismo, que no era demasiado apto para ser colocado en un torpedo, concluyó que el sistema era excesivamente vulnerable, inadecuado y engorroso y archivó el proyecto. Lamarr y Antheil no insistieron, se olvidaron del tema y volvieron a la cinematografía.

Se retoma el invento y llegan los honores

Si bien la idea era difícil de llevar a la práctica a principios de los años 1940, el enorme progreso de la electrónica con la invención del transistor hizo factible su utilización. En 1957, ingenieros de la empresa estadounidense Silvania Electronics Systems Division desarrollaron el sistema patentado por Hedy y George, que fue adoptado por el gobierno para las transmisiones militares tres años después de caducar la patente.

La primera aplicación conocida se produjo poco tiempo después, durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962, en que la fuerza naval enviada por los Estados Unidos empleó la conmutación de frecuencias para el control remoto de boyas rastreadoras. Después de Cuba se adoptó la misma técnica en algunos dispositivos utilizados en la guerra del Vietnam y, más adelante, en el sistema norteamericano de defensa por satélite (Milstar).

En la actualidad, muchos sistemas orientados a voz y datos, tanto civiles como militares emplean sistemas de espectro ensanchado (entre ellos todas las tecnologías inalámbricas de que disponemos en la actualidad, tanto la telefonía de tercera generación como el Wifi o el BlueTooth, se basan en el cambio aleatorio de canal) y cada vez se encuentran más aplicaciones en la transmisión de datos sin cable, campo en el que, en palabras de David Hugues (investigador e impulsor de una serie de proyectos que han empleado técnicas de FHSS en la Natural Science Foundation de EEUU), todavía no se han explorado todas sus posibilidades.

Aunque la actriz no consiguió ingresar ni un solo centavo por la patente, que caducó sin ser utilizada, no puede discutirse que fue la pionera en esta técnica. Los honores y el reconocimiento tardaron en llegar.

Como muchas estrellas de Hollywood, termino adicta a las pastillas, obsesionada con la cirugía estética, se volvió cleptómana y protagonizó sonados escándalos.

Cuando ya vivía sus últimos años de vida, encerrada en su mansión de Miami, recibió con un frío "ya era hora", la noticia de los reconocimientos por su invento. Le entregaron el "Bulbie Gnass Spirit of Achievement Award", así como una distinción honorífica concedida por el proyecto "Milstar".

En Octubre de 1998, la Asociación Austriaca de Inventores y Titulares de Patentes le concedió la medalla "Viktor Kaplan" y en 1999, el "Kunsthalle" de Viena organizó un homenaje a la "actriz e inventora más singular del siglo XX".

En su honor, Austria celebra el 9 de noviembre; día del cumpleaños de Hedy Lamarr, como el "día del inventor".