Pros y contras del trabajo remoto

Muchos, "hilando fino", opinan que el "trabajo remoto" podría socavar los cimientos del sindicalismo.

Octubre 6 del 2021

La pandemia fue el acelerador para que miles de empresas empezaran a adoptar la modalidad del trabajo remoto y la virtualidad permitió que millones de trabajadores alrededor del mundo continuaran con sus labores, pros y contras tanto para las empresas como para los trabajadores.

"El trabajo remoto es más que laborar desde casa". Así lo explicó Natalia Jiménez, líder de expansión para Suramérica de Deel, en la charla que presentó en Colombia 4.0, llamada “El futuro del trabajo remoto en LATAM: contratar, pagar y retener el mejor talento global en un mundo digital”.

La experta explicó que, con la pandemia, muchos tuvieron que empezar a trabajar desde sus casas, pero en espacios que no estaban adecuados ni contaban con la tecnología para hacer de esta una experiencia productiva.

“El trabajo remoto está reinventando un poco lo que somos como sociedad, y tenemos que seguir buscando maneras para adaptarnos y retener al talento con algo más que la posibilidad de estar desde casa”, dijo Jiménez.

Durante su conversatorio, la líder de Deel expuso varios puntos a favor para que las empresas vean como una posibilidad real migrar al trabajo remoto. Uno de ellos tiene que ver con que la fuerza laboral es diversa, “el talento se vuelve una plaza global y eso hace que la competitividad aumente”, dijo la experta.

También, con estas modalidades de trabajo emergentes, los equipos tienden a desarrollar las habilidades blandas como, por ejemplo, el trabajo en equipo, el pensamiento estratégico, la organización, la autogestión, la empatía. “La flexibilidad es un concepto importante en el trabajo remoto. Todo está migrando a este modo de trabajar en la que lo importante es conseguir objetivos, resultados que se pueden alcanzar desde cualquier parte del mundo”, agregó Jiménez.

Algunos datos interesantes que mostró la conferencista durante su charla apuntan a que lo que viene es la consolidación del trabajo flexible. “Después de la pandemia, el 83 % de las empresas dicen que el cambio a trabajo remoto ha sido exitoso. El 77 % de las empresas mencionan que el trabajo remoto disminuyó sus costos operativos, el 43 % de gerentes de compañías dicen que van a ofrecer trabajo flexible y, para 2028, el 73 % de los equipos tendrán trabajadores remotos”, expuso.

Toda esta tendencia del trabajo a distancia ya está generando cambios en el ritmo de vida de la sociedad. Por ejemplo, Jiménez explicó que el trabajo remoto está evitando que las personas gasten más de dos horas en el transporte mientras se trasladan a las oficinas; ese tiempo lo están aprovechando en tener un pasatiempo, ejercitarse o simplemente descansar.

Pero, quizá lo que más caracteriza a esta generación de trabajadores remotos que se está consolidando, es que hacen sus deberes desde cualquier parte del mundo, en los espacios en donde se sientan más cómodos. “Los nómadas digitales son personas que viajan por el mundo, trabajan desde cualquier parte, tienen horarios flexibles y son un sector que está moviendo cerca de 669 millones de euros cada año”, dijo Jiménez.

No todo es positivo.

Pero no todo es positivo con el trabajo remoto. Por ejemplo, desde hace muchos años las viviendas y apartamentos son extremadamente pequeños, optimizando al máximo el espacio. Así, no hay un "cuarto para trabajar", sino que la mayoría debe adaptar el comedor, la sala o la alcoba para efectos del "teletrabajo". Esta incomodidad ya hace que la productividad y la calidad de vida sea menor.

Igualmente, los trabajadores remotos ven que los costos personales de energía, internet y celular se ven incrementados por trabajar en su hogar. Además, presentan problemas para concentrarse en sus tareas. Estos pueden tener aún más posibilidades de distraerse por el simple hecho de estar en casa, y tener que prestar atención a las actividades del hogar.

Otra dificultad es no saber separar la vida profesional de la vida personal, ya que si no se establecen las reglas adecuadas, el trabajo y la vida sin un ambiente laboral puede mezclarse con el día a día.

Lo anterior también se ha prestado para el abuso laboral, pues muchos jefes en la práctica obligan a estar conectados a sus empleados en horarios que van más allá del establecido en la oficina física, sin contraprestación alguna.

En ocasiones, el trabajo remoto puede traer consigo una sensación de aislamiento y soledad, esto se debe a que al no estar físicamente con otros compañeros de trabajo no se desarrolla un sentido de pertenencia. Ello afecta el trabajo colectivo y por ende la productividad.

Muchos creen que las videollamdas son suficientes para generar el trabajo en grupo que es necesario. Sin embargo, el vínculo emocional no se desarrolla de la misma manera en el mundo virtual. Por mencionar un ejemplo, una conversación trivial como la que se desarrollaría alrededor de un café, nunca se haría en "Zoom" u otra plataforma digital.

Pero muchos hilan más fino, y dicen que el trabajo remoto podría socavar los cimientos del sindicalismo. ¿Quién podría criticar al jefe cuando potencialmente todo queda registrado o grabado? ¿Qué tipo de solidaridad podría generarse entre trabajadores cuando sus interacciones sociales son monitoriadas al estar mediadas por la tecnología? La cuestión quedó planteada.