Para celebrar los primeros 25 años del diario EL CALEÑO, se hizo una misa de acción de gracias en las instalaciones de la empresa, a la que asistieron distintas personalidades, connotados dirigentes, empresarios y comunicadores de la región. La homilía fue presidida por el Arzobispo de Cali de la época, Monseñor Isaías Duarte Cancino (1939-†2002), quien fuera inmolado un año después por las balas del sicariato, y el Padre Héctor de los Ríos.
Ahora vamos a reproducir la noticia publicada el 20 de marzo del 2001, que dio cuenta del sermón de Monseñor Isaías Duarte Cancino en la homilía.
Con motivo de la celebración de los cinco lustros de labores de EL CALEÑO se celebró la Santa Misa presidida por Monseñor Isaías Duarte Cancino, Arzobispo de Santiago de Cali, en las instalaciones del periódico, ceremonia en la que concelebró el Padre Héctor de los Ríos, párroco de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe y columnista de este diario.
A continuación las palabras de Monseñor Isaías Duarte Cancino en su homilía, después del Evangelio. Esta misa fue transmitida por Telepacífico el pasado domingo a las 8:30 de la mañana.
“Celebramos esta Eucaristía para darle gracias a Dios por los 25 años de existencia del periódico EL CALEÑO como fiel testigo del acontecer ciudadano.
Profundamente democrático ha sido durante estos cinco lustros un diario de puertas abiertas y sus páginas han estado a disposición de periodistas y escritores sin importar su título, color político o sus tendencias.
Editar diariamente un periódico es obra de titanes. Detrás del linotipo o las modernas tecnologías para la impresión, existe un grupo de periodistas especializados y fotógrafos profesionales que, dirigidos en esta casa por Blanca María Torres en la Gerencia y Miguel Adolfo Mejía, como editor, miran día a día los trágicos acontecimientos de la región con un estilo propio y veraz que hacen de EL CALEÑO un diario con noticias diferentes.
En el contexto de nuestra sociedad colombiana, los medios de comunicación social y en especial la prensa escrita, están llamados a construir un mundo de tolerancia y sana convivencia que hagan posible la paz entre nosotros. Nunca podemos perder el nexo entre la verdad, el bien y la libertad, pues el bien del hombre, de la persona humana, consiste en conocer la verdad, permanecer en ella y realizarla en la caridad.
La Verdad es Cristo.
Hay que seguir produciendo mejores frutos de bien, fomentar espacios como “Mejor hablemos” que con una pedagogía especial fomentan la tolerancia y la sana convivencia.
Que Cristo nos bendiga, los ilumine y guíe hacia los 50 años”.