Junio 28 del 2021
El Concejal Carlos Hernando Pinilla Malo, propuso retomar la figura del Fondo de Vigilancia y Seguridad para Cali (Visecali) tal como funcionaba en la Administración Distrital hasta mediados de 1996, cuando se eliminó esa dependencia y se fusionó a la entonces secretaría de Gobierno hoy de Seguridad y Justicia, por considerar que las inversiones en ese sentido deben tener mayores y mejores resultados.
La propuesta la hizo Pinilla Malo en la segunda sesión de control político que adelantó el Concejo para analizar los hechos ocurridos en Cali durante el 28 de abril, donde Policía e instituciones estatales y ciudadanos quedaron expuestos a varios señalamientos. Por un lado, dice el Concejal, los jóvenes tildados de vándalos y la policía de atentar contra los derechos humanos. Para Pinilla “si bien los jóvenes protestaron, al lado de ellos aparecieron otros factores intencionales, entre ellos, políticos, de micro y narcotráfico, delincuencia común, que aprovechó la protesta para emerger y generar anarquía”.
La petición de retomar un fondo de seguridad para Cali, fue trasladada por Pinilla Malo a los Secretarios de Seguridad y Justicia, Carlos Javier Soler Parra y al de Paz y Convivencia, Dannis Antonio Rentería Chalá.
Fondo de Vigilancia y Seguridad de Cali nació en 1981 llamado SiCali. La Cámara de Comercio, empresarios privados y el Municipio de Cali constituyeron un fondo mixto que adquirió cien patrullas para la Policía.
El Municipio asumió el manejo total del fondo en 1984 y creó a Visecali, con patrimonio propio y autonomía administrativa y financiera. El fondo se nutría del 4% del impuesto de industria y comercio y el 25% del fondo CAM creado por Emcali inicialmente para construir el Centro Administrativo Municipal y luego para su mantenimiento. Y si bien Visecali desapareció en 1996, varias veces se planteó la necesidad de revivirlo con recursos nacionales, locales, impuestos, tasas y contribuciones de la comunidad y el sector privado.
El Fondo de Vigilancia y Seguridad fue modelo a nivel nacional. En Bogotá se llamó FVS (Fondo de Vigilancia y Seguridad) el cual sobrevivió hasta hace unos cinco años.
¿Por qué se acabaron estos Fondos? La respuesta rápida es: corrupción y politiquería. En la práctica, los Fondos de Vigilancia y Seguridad se convirtieron en la "caja menor" de las administraciones de turno y en apetitosos fortines políticos.
En el caso de Cali, como no estaba especificado los temas concretos de seguridad, cualquier cosa cabía allí: Desde cortar el cesped (donde los delincuentes se pueden esconder para realizar sus fechorías) hasta apoyos institucionales como compra de computadores o de refrigerios para diferentes entes de seguridad. En Bogotá, el FVS fue cuestionado por el uso de sus recursos en infraestructura (construcción del Comando de la Policía de Bogotá por más de 40 mil millones de pesos), el "barril sin fondo" del combustible y las llamadas "compras inservibles" como las motos eléctricas (que no tienen mantenimiento), o las "camaras de inteligencia facial" que no se habrían usado porque el contrato supuestamente no habría incluido la creación de las necesarias bases de datos con las caras de los colombianos.
Por todo ello, los expertos afirman que si bien revivir el Fondo de Viglancia y Seguridad puede ser una buena propuesta, más en estos momentos que urge invertir en seguridad, hay que esperar que se conozca en concreto el articulado de la iniciativa, para poder realmente evaluarla.