Con frecuencia nos enfrentamos a situaciones de presión que no llevan al límite, incluso llegando a afectar la salud de nuestro organismo. Para ello, nos preguntamos qué posición debemos tomar para resolverlo y si frente a estas circunstancias somos optimistas o pesimistas.
Los estudios revelan que el positivismo es la mejor manera de enfrentar las adversidades e incluso es bueno para la salud cardíaca. El Dr. Stephen Kopecky, cardiólogo especialista de Mayo Clinic, coincide con esta afirmación, y anota que los sentimientos negativos que ocurren a consecuencia de demasiado estrés pueden afectar el funcionamiento del organismo.
“El poder del pensamiento positivo es una de las mejores ayudas, generalmente olvidamos que hay tratamientos que podemos hacer nosotros mismos para ayudarnos”, dice el Dr. Kopecky.
Para lograr incluir una actitud positiva como parte del cuidado de la salud, Kopecky ofrece algunas sugerencias respecto a cómo ser optimista y reducir el riesgo de algunas enfermedades relacionadas con el corazón.
Lo primero es evitar las situaciones de estrés. Cuando alguien sufre mucho estrés, disminuye el flujo sanguíneo al corazón. “La adrenalina es la respuesta natural frente al estrés, es conocida como la ‘lucha o huida’, en la que uno ve algo que lo pone en peligro y decide luchar o huir, lo cual implica a enfrentarse a más estrés.”, explica el Dr. Kopecky.
Uno puede cambiar las reacciones de su cuerpo, sin embargo, en el ajetreado mundo de hoy el estrés parece no tener fin y conduce a las personas a un estado constante de negatividad. Las personas al ser más optimista y reducir los focos que lo generan, pueden disminuir el riesgo de padecer enfermedades del corazón y digestivas.
La solución es muy simple: antes de irse a dormir o al despertarse propóngase pensar en tres cosas que sean gratas para usted y que le brinden felicidad. Por ejemplo, si a su hijo le fue bien en el colegio, si se encontró con un viejo amigo de la niñez, o si superó su meta en tiempo al trotar esa mañana.
Otra recomendación es aprender a reconocer tus sentimientos y aceptarlos de la forma que vengan. Ser optimista no es estar feliz todo el tiempo, es armonizar los sentimientos positivos y negativos y adaptarse para continuar. Puedes intentar escribir los momentos que más te causen frustración o rabia. Encontrar una forma de exteriorizarlos te harán sentir mejor.
Según algunos estudios recientes, practicar ser optimista y agradecido durante 5 años mostró en 7.000 pacientes una reducción en el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muerte súbita. Anímate y comienza a practicar tu optimismo desde ahora.
Escrito por: Personal de Mayo Clinic
Publicado: 9 de enero del 2020