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TRIBUTO A NUESTROS PERIODISTAS CAIDOS

Defender la Verdad, más que una profesión, es una opción de vida

Nosotros, así como miles de familias en Colombia, también hemos padecido la violencia. Y no nos referimos solamente a las múltiples amenazas y presiones de diversa índole (legales, semilegales e ilegales) que se ejercen sobre los periodistas, sino a tres de nuestros comunicadores que dieron su vida por una sola razón: Llevarle la verdad a la comunidad: Ramiro Ariza Villamil, Alirio Mora Beltrán, y Marco Antonio Ayala.

Ramiro Ariza Villamil fue asesinado el 15 de agosto de 1982 mientras se desempeñaba como corresponsal de EL CALEÑO, en Buenaventura, Valle del Cauca. En su labor como periodista, había denunciado la existencia y el accionar delictivo de "La banda de los cinco". Esta denuncia supuestamente habría sido el móvil del asesinato.

Alirio Mora Beltrán era el director del diario EL CALEÑO. Su asesinato se produjo el 23 de septiembre de 1983 en las puertas del periódico, en el momento en que salía de laborar. En su trabajo periodístico había sacado a la luz la supuesta infiltración del narcotráfico en el cuerpo de policía de la época. En su honor, un barrio de Cali lleva su nombre “Alirio Mora Beltrán”. Igualmente, como tributo a su vida, desde su muerte, ninguna otra persona en EL CALEÑO ha llevado el título de “Director”.

Marco Antonio Ayala trabajaba como reportero gráfico de EL CALEÑO, cuando fue asesinado el 23 de enero del 2002 por dos sujetos que se movilizaban en una moto RX115. Su responsabilidad estaba en el área social y deportiva, aunque eventualmente también cubría casos judiciales. Una de esas eventualidades fueron las fotos exclusivas que tomó (publicadas dos días antes de su muerte), de cinco cadáveres en el interior de un vehículo Mazda, en el exclusivo barrio Ciudad Jardín. La noticia fue titulada: CINCO EMBAULADOS: ¿Renace la “limpieza social” en Cali?.

A Alirio Mora, Ramiro Ariza y Marco Ayala siempre los recordaremos. Ellos son nuestros héroes. Sus nombres nos inspiran a seguir día a día su legado periodístico, y nos recuerdan que defender la Verdad, más que una profesión, es una opción de vida.

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